Al-lāh es el Creador de los siervos y de sus actos.
Que las alabanzas sean para Al-lāh el Dios de los mundos, el Creador de los cuerpos palpables como los seres humanos y los cuerpos impalpables como la luz, el Creador de los actos y de las características de las criaturas, y Quien no se asemeja en nada a lo que ha creado. Y que Al-lāh eleve el rango del Profeta Muḥammad, nuestra guía, nuestro modelo, nuestro ejemplo a seguir, nuestro amado, nuestro querido, صلى الله عليه وسلم, y que Al-lāh preserve a su comunidad de lo que él teme por ella.
Queridos hermanos, entre los fundamentos de la creencia musulmana está creer que Al-lāh es nuestro Creador, o sea es Quien nos dio la existencia a partir de la nada, y también es el Creador de nuestros actos, es Quien los da la existencia a partir de la nada. Se relata del Imam al-Junayd al-Baghdadiyy, que lo interrogaron acerca del tawhid – la creencia en la Unicidad de Al-lāh – y contestó: “Nadie da la existencia a cualquier cosa de las sustancias (‘a^yan) y de los actos (‘a^mal), o sea nadie los crea, sino Al-lāh ta^ala.” Mis hermanos de fe, el término “sustancias” (‘a^yan) indica todo lo que ocupa un espacio, grande o pequeño que sea. Y el término “actos” (‘a^mal) hace referencia a los actos de bien y los actos de mal. Todo eso entra a la existencia por la creación de Al-lāh subhānahu wa ta^ālā, como Al-lāh ^az-za wa jal-la lo dice en un versículo explícito de Su Libro:
{وَاللَّهُ خَلَقَكُمْ وَمَا تَعْمَلُونَ}
Lo que significa: “Al-lāh los ha creado así como lo que hacen.” Es decir que Al-lāh nos crea y también crea nuestros actos. Por lo tanto, queridos hermanos, no creamos nada en absoluto, ni a nuestros seres, ni a nuestros actos. Sino que nuestros seres, así como nuestros actos, no existen sino por la creación de Al-lāh ta^ālā. Y no hay diferencia desde este punto de vista entre nuestros actos voluntarios, como comer, beber o rezar, y los actos involuntarios como temblar de frío. Todo eso Al-lāh subhānah lo ha creado. Al-lāh ta^ālā dice:
{قُلْ إِنَّ صَلَاتِي وَنُسُكِي وَمَحْيَايَ وَمَمَاتِي لِلَّهِ رَبِّ الْعَالَمِينَ}
{لَا شَرِيكَ لَهُ ۖ وَبِذَٰلِكَ أُمِرْتُ وَأَنَا أَوَّلُ الْمُسْلِمِينَ}
Lo que significa:
“Di: “Mi rezo, mi sacrificio [o sea el animal que degollo en busca de la aceptación de Al-lāh], mi vida, así como mi muerte pertenecen a Al-lāh el Señor de los mundos, Él no tiene socio y eso es lo que me ha sido ordenado y soy el primer musulmán [de esta comunidad].”
Al-lāh ta^ālā nos enseña que el rezo de un siervo, como su sacrificio, o sea lo que degolla para acercarse a la aceptación de Al-lāh ta^ālā, por ejemplo por ^Idu l-‘Ad-ha, la vida de un siervo y su muerte, todo esto pertenece a Al-lāh, y son creaciones de Al-lāh. Nada y nadie está asociado con Al-lāh en esto. Nos enseñó respecto a esto, que no hay diferencia entre los actos voluntarios, tales como el rezo y el sacrificio, y lo que caracteriza a un siervo sin que sea su voluntad, como su vida y su muerte. Sólo los actos voluntarios, que se producen por la voluntad de los siervos y que la gente adquiere, se diferencian por el hecho de que las personas serán juzgadas sobre estos actos, y son los actos sobre los que deberán rendir cuentas. Por lo tanto serán retribuidas por sus actos de bien y merecerán el castigo por sus actos de mal como Al-lāh ta^ala lo dice:
{لَهَا مَا كَسَبَتْ وَعَلَيْهَا مَا اكْتَسَبَتْ}
لَهَا مَا كَسَبَتْ
Lo que significa: “El alma tendrá a su favor los buenos actos adquiridos” es decir que el alma se beneficiará en el más allá por el bien adquirido en este bajo mundo.
وَعَلَيْهَا مَا اكْتَسَبَتْ
Lo que significa: “y tendrá en su contra los malos actos adquiridos” o sea que el alma será responsable de las consecuencias de lo adquirido como mal, es decir, el alma merecerá un castigo por eso.
La adquisición (al-kasb), mis hermanos de fe, es el hecho de que el siervo dirige su objetivo y su voluntad hacia un acto, y Allāh crea este acto en este momento. Los siervos, queridos hermanos,adquieren sus actos mientras que Al-lāh crea a los siervos, a sus actos, a sus intenciones y a sus objetivos. No hay Creador sino Él subhānahu wa ta^ālā, Él no tiene socio.
Queridos hermanos, quien cree firmemente en su corazón que Al-lāh es el Creador de toda cosa, que nadie hace llegar un daño o un beneficio en realidad sino Al-lāh, y trata de tener esto presente a menudo hasta sentirlo en todo momento en su corazón, las dificultades y las catástrofes del bajo mundo le resultarán más leves, el miedo a las criaturas lo va a dejar cuando se apegue a los pilares de la religión y formará parte de la gente de la certidumbre. Oh Al-lāh, haz que contemos entre los que tienen esta certeza arraigada en sus corazones, y que perseveremos en el camino de la rectitud, por el grado del maestro de los Mensajeros ^alayhi s-salatu wa-salām.
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